lunes, 29 de abril de 2013

74 - Frankenstein (J.Whale 1931)


Nota previa para el lector del blog; Conversacines es un lugar donde analizamos a nuestro criterio los films propuestos. La premisa para participar de este blog es haber visto primero la película en cuestión. Durante los siguientes minutos observarás y escucharás temas que te desvelarían partes de la trama. En caso de no haber visto la película no debes de leer los contenidos de este blog, ya que probablemente te reventaremos la misma.

Conversacines sigue con el cine de género. Con una de las historias mas universales de todos los tiempos que habla sobre muchos aspectos a tratar sobre el ser humano. Una cinta que tiene mas de 80 años, pero que a pesar del paso del tiempo sigue vigente en nuestros días. No te lo puedes perder.

Nota: Queremos agradecer especialmente a César Bardés, por su paciencia infinita, y su afán de aportación y capacidad de sumar (siempre) positividad a esta sesión de conversacines, ya que el audio del teléfono era muy malo. Somos muy afortunados de contar con una persona que aporta tanto a este humilde programa, tanto a nivel de conocimientos como a nivel humano.

Participantes: Conversacines 74 - Frankenstein (J.Whale)

- Jesús Daniel De León Rodríguez
- Marina León
- Sigui Gross
- César Bardés Cuéllar

DALE AL PLAY Y ESCUCHA EL CONVERSACINES
(Nota: Para ver correctamente el reproductor, recomendamos Mozilla Firefox o Google Chrome)




1 comentario:

  1. No es necesario que se me den las gracias por nada. Yo no aporta nada más que lo que hacen los demás. Esto es una labor de todos. El éxito o el fracaso del programa es de todos y ya está. Basta con ser como uno es y dejarse de falsas posturas para destacar como hacen tantos otros. En todo caso, gracias por la mención y el honor pero, repito, es del todo innecesario.
    Habría que aclarar un par de cosas sobre lo que se dijo. Sí es verdad que Boris Karloff llevaba peso en las piernas, no trece kilos en cada pierna como dije llevado por la furia propia del momento, pero si trece kilos entre las dos, es decir, unos seis kilos y medio en cada pierna. ¿Cómo? Pues se le colocaron unas riostras de acero en las piernas, es decir, unas piezas que sujetaban a lo ancho de la pierna unas barras de madera articulada para que su andar fuera mucho más pesado acentuado aún más por unas pesadas botas de asfaltador. Este extremo viene confirmado por un artículo firmado por Juan Antonio Molina Foix en la Historia del Cine de Manuel Hidalgo y en un artículo publicado en la época en el New York Herald y firmado por el mismo maquillador de la película, Jack Pierce.
    Habría que hacer mención al protagonista, Colin Clive, que murió apenas seis años después de la película víctima de lo que se podría denominar como "acumulación de enfermedades" pues, además de un alcoholismo crónico, padecía tuberculosis, neumonía y problemas coronarios graves. Su alcoholismo se derivó de que nunca consiguió llegar a ser una estrella de cine a pesar de que intentó, por todos los medios, hacerse con un cartel en el negocio.
    Lo contrario es lo que le sucede a su novia, Mae Clarke, que estuvo siempre a las puertas del éxito y su estrella, que nunca llegó a brillar del todo, se fue apagando según pasaron los años pues no conseguía ninguna película de gran renombre. Poco a poco fue descendiendo los escalones desde la protagonista en varias películas hasta desempeñar papeles secundarios llegando a ser una simple extra.
    Curiosamente, el tipo que tenía menos interés en brillar era Boris Karloff y fue el que más éxito tuvo. Karloff se despidió del cine con una interpretación fabulosa en "El héroe anda suelto", de Peter Bogdanovich, en la que interpretaba a una vieja estrella del cine de terror que tenía miedo de que los auténticos monstruos fueran los seres de carne y hueso y participa, un tanto accidentalmente, en la caza de un veterano de Vietnam que, un buen día, decide cargarse con un rifle a toda su familia, subirse a un depósito de agua y disparar aleatoriamente a los coches que transitan en una autopista cercana. Una estupenda película que avisaba de los peligros de una sociedad que daba síntomas de enfermedades psicopáticas preocupantes.
    El maquillaje de Jack Pierce fue fundamental para toda la película y que se convirtió en el responsable de los maquillajes del cine de terror de la época como los de las continuaciones de la propia saga de Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia, o el fantasma de la ópera en la mítica versión del 43 de ARthur Lubin con Claude Rains en el papel principal.
    Por lo demás, un debate interesantísimo, con divergencia de opiniones y un nivel más que aceptable.
    Gracias por tus esfuerzos, Chus, para que yo pudiera estar en el programa.
    Abrazos a todos.

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